Después de dormir placidamente junto al mar, nos levantamos prontito, ya que teníamos que hacer la maletas y recoger todo para entregar la Autocaravana en las mejores condiciones posibles.
Nuestro homenaje a la Autocaravana
Web alquiler autocaravana: http://www.arvyfun.com/
La entrada a Los Ángeles fue impresionante, y no tanto por lo espectacular del sitio, sino por lo grande y extenso que era, sin ir más lejos, para llegar a lugar donde teníamos que devolver la autocaravana, circulamos por una calle, que ella sola tenía mas de 20km de largo, hay es nada. A lo largo de esa calle pasamos por concesionarios de venta de coches con sus banderitas, etc. iguales a los de las películas, pero la verdad es que la zona era bastante siniestra, y eso que era pleno día, así que de noche mejor ni pasar.
Por fin llegamos a la entrega de la autocaravana, pero a diferencia de lo que comentamos sobre en pequeño lugar donde la recogimos, esto era inmenso, si exagerar habría más de 1000 autocaravanas de todos los tamaños. Un monto de empleados, clientes etc. Una vez pasada la revisión y conseguir el Ok, así que nos devolvían la fianza de 500$, estuvimos esperando en una sala de espera mientras llegaba el taxi que nos llevaría a hotel, y es como hemos comentado, Los Ángeles es enorme y las distancias igual.
El taxista que nos recogió era de origen mexicano, y nos dejo de piedra cuando nos comento que conocía al Athletic de Bilbao, si es que ya sabíamos que era universal.
Respecto al idioma a penas tuvimos ningún problema, pero en Los Ángeles menos si cabe, ya que de cada tres personas, dos eran de origen hispano y hablaban Espaninglish, como le llaman alli.
La llegada a hotel, también fue una pasada, ya que a pesar de haberlo visto en Internet, era bastante más grande y más lujoso de lo que parecía, como veréis en las fotos el edificio era impresionante, así que después de echarle un vistazo y dejar las maletas, nos fuimos a conocer la ciudad.
Westin Bonaventure Hotel
Interior del hotel
En un principio tenemos que decir, que de lo visitado, Los Ángeles fue lo que menos nos gusto, ya que al contrario de las anteriores ciudades no tenía demasiado que ver. Su oferta se reduce, al paseo de la fama, Beverly Hills, las playas, los estudios cinematográficos y poco más, además de ser o por lo menos parecer una ciudad bastante más insegura que las demás.
Pero también comentamos, que en el caso de que vengáis, no dejéis de verla ya que para gusto están hechos los colores.
Desde el hotel cogimos el metro y nos fuimos hasta el mismísimo paseo de la fama, lo curioso es que al salir de la estación del metro sales directamente a él.
Michael Jackson
Julio Iglesias
El teatro Chino
Los más conocido de este sitio, es hacer un recorrido por las estrellas que están en el suelo, que se las colocan a los artistas previo paso de un dinerillo, el teatro chino y el Kodak theatre, donde ese celebra la gala de los Oscar, que como suele pasar en estos casos, no se parece nada a lo que sale en la tele.
Habia también un museo de los record, aunque no entramos
El Kodak Theatre
Interior del Kodak Theatre
Yo y el hombre más alto de la historia 2,72m
Para acabar el día nos dimos una vuelta por la zona, incluso vimos el famoso cartel de hollywood.
Cartel de Hollywood
Como casi todos los diás nos levantamos pronto, y este si cabe con más motivo, ya que era el último entero, ya que al día siguiente cogiamos el vuelo de vuelta a casa. Asi que una vez desayunado, nos fuimos de nuevo a recorrer la ciudad.
Esta vez junto al hotel cogimos un autobús que nos llevo, hasta la zona de Beverly Hills, el trayecto duro cerca de una hora y el autobús esta lleno de gente que iba a la misma zona que nosotros, pero no a visitarlo sino a trabajar, en el servicio, limpieza, etc.
Nos dimo un garbeo por Rodeo Drive, donde están las tiendas más exclusivas, aunque esto al contrario que otras cosas, era bastante más pequeño de lo que nos habíamos imaginado, ya que no era mas que una pequeña calle. Junto a Rodeo Drive estuvimos en el hotel donde se rodó Pretty Woman
Rodeo Drive
Hotel Regent Beverly Wilshire
Una vez visitadas las tiendas, nos fuimos hasta Beverly Hills andando, ya que esta todo junto. A pesar de que no fuimos a ver las casas de los famosos, ya que lo único que se puede ver es la entrada, hasta los más pobres de la zona, por llamarles de alguna manera vivían en casas preciosas con varios buenos coches en el garaje.
Beverly Hills
Una vez visto Beverly Hills, cogimos otro autobús y nos fuimos hasta las famosísimas playas de Santa Mónica y Venice de allí a Third street promenade , que es la calle con más ambiente de la zona, estaba llena de tienda y entramos en un estilo de centro comercial en el que todos los comercios eran de comida rapida asi que aprovechamos a comer. También tenemos que decir que nos cominos unas fresas de California y son las más dulces que hemos probado nunca.
Nuestro almuelzo
Las dulces fresas de California
En nuestra opinión fue lo mejor de la ciudad, ya que hay que decirlo que las playas eran enormes e impresionantes.
Primero visitamos Santa Mónica, que por lo que dicen, suele ir la gente con mayor poder adquisitivo, incluso estuvimos en el pequeño parque de atracciones que hay en el muelle, que seguro que estáis hartos de verlo en la tele y sobre todo en Los Vigilantes de la playa, je, je.
El muelle de Santa Mónica
Vehículo de los vigilantes de la playa
Tras Santa Mónica dando un paseo nos fuimos hasta Venice Beach, que realmente son una playa dividida en dos. Venice es completamente distinta y el tipo de gente también, ya que te encuentras a la gente más variopinta que te puedas imaginar. Esta llena de puestos donde puedes comprar casi cualquier cosa. Estuvimos en el Gimnasio al aire libre donde entrenaba Arnold Schwarzenegger cuando llego a EEUU, vimos a las típicas patinadoras, las canchas de baloncesto, y algún que otro número callejero que nos dejo impresionados.
Número callejero en Venice Beach
Gimnasio al aire libre
Paseo de Venice Beach
Para acabar nos dimos un paseo por los canales que hay detras del paseo, que es de donde coge el nombre el sitio.
Los famoso canales
Tras todas estas visitas, y viendo que se nos estaba haciendo tarde y el hotel estaba bastante lejos, ya que estaba en la zona financiera nos cogimos el autobus de vuelta. Para cuando llegamos al hotel era ya de noche y al estar en la zona finaciera donde no había nadie, el paseíllo hasta el hotel no fue nada relajado, ya que la única gente que había era algo extraña.
La zona finaciera
Una vez en el hotel y para darnos un homenaje, en uno de los restaurantes del hotel nos compramos una pizza enorme para cenar.
A pesar de que parecía que estaba muy lejos, por desgracia para nosotros, había llegado el último día del viaje, así que con un poco menos ganas que en los anteriores, nos levantamos recogimos todo y después de desayunar, como despedida nos fuimos a ver un partido de béisbol, de los dodgers, el equipo de la ciudad. La verdad es que quedamos bastante sorprendidos con la experiencia.
En primer lugar, comentar que a diferencia de aquí, que muchísima gente utiliza el trasporte público, allí me parece que fuimos los únicos que fuimos de esta manera al estadio, así que luego vimos el estacionamiento para coches más grande que habíamos visto jamás.
Estadio de los dodgers
Una vez dentro del estadio, decir que mas que el juego en si, ya que era muy lento y salvo en ocasiones contadas, no tenía emoción, el espectáculo estaba en las gradas. El partido duró más de 4 horas, de echo tuvimos que irnos sin verlo acabar para no perder el avión.
Antes de empezar el partido, se canta el himno Americano, lo cual lo hacen todos demostrando un patriotismo que es digno de ver.
Jugador en pleno batéo (Se vé la pelota)
La forma de ver el partido, no tiene nada que ver con lo que estamos acostumbrados, ya que aquí no nos levantamos ni comemos hasta que no llega el descanso, pues allí todo lo contrario ya que la gente se levantaba cada dos por tres a comprar comida, la que venden en infinidad de puestos que hay dentro del estadio. Sería para soportar mejor la duración del partido. También era raro vez a alguien que no llevase alguna prenda del equipo, ya fuese gorra, camiseta, gafas, dedo gigante, etc.
Otra cosa que nos sorprendió y nos gustó, fue que allí se iba al estadio en familia, como una forma de pasar el día, no como aquí que todavía mayormente van hombres solos.
Así que para acabar comentar que si podéis nos os perdáis un partido de béisbol, no por el juego, pero si para disfrutar con el show que montan.
Tras el partido nos volvimos corriendo al hotel a recoger las maletas, ya que al poco tiempo vino el supersuthlle a recogernos, para llevarnos al hotel. Así que podemos decir que el viaje había tocado a su fin.
El vuelo lo cogimos a eso de las 22:30 de la noche, así que tras coger tres aviones y un montón de horas de vuelo, llegamos a casa a eso de las 21:00 del día siguiente.
La verdad es que llegar llegamos cansados, pero volvimos con una experiencia debajo del brazo, que todavía hoy nos saca una sonrisa nada más pensar en ella y con ganas de repetirla.
Fin