Nos levantamos pronto y nos fuimos dirección Los Ángeles, que era el final de nuestro viaje, aunque por suerte todavía nos quedaban 2 ó 3 días antes de llegar y tener que entregar la autocaravana.
Para ir acercándonos a Los Ángeles, decidimos hacer el recorrido por la costa y la verdad es que no nos defraudo, ya que los paisajes, vistas, acantilados, etc. fueron impresionantes.
La primera parada la hicimos en un pueblecito pesquero de nombre Monterrey, que estaba a unas dos horas de San francisco. Era un pueblecito pequeño pero muy bonito, aquí nos encontramos a varios marines corriendo por la playa, así que dedujimos que no estábamos muy lejos de una base militar.
Una cosa que nos sorprendió del pueblo, eran los grandes mantos de flores de color violeta que cubrían grandes extensiones junto al mar
Puerto de Monterey
Playa de Monterey
Mantos de color violeta
Como quien dice aquí comenzaba el camino junto al mar y los acantilados.
Una vez que visitado el pueblo, decidimos ir por la costa y atravesamos la 17 Mile Drive, es un recorrido escénico, en el que hay que pagar un estilo de peaje por atravesarlo, pero merece la pena, aparte de preciosos paisajes, también puedes ver mansiones de en sueño, campos de golf, etc.
La verdad es que después de haber recorrido un montón de sitios de EEUU, si tendríamos que elegir uno para vivir sería este.
Nos paramos para disfrutar del paisaje, en un mirador donde encontramos un arbol muy conocido, el "The Lone Cypress"
The Lone Cypress
Mansión en la 17 Mile drive
Pasamos por Carmel, un pueblecito muy pintoresco, el cual fue fundado por pintores, y si no actualmente Clint Eastwood había sido su alcalde.
Carmel
Para acabar el día llegamos a Julia Pfeiffer burns, es un parque y lo más pintoresco que tiene es que hay una cascada que cae directamente al mar. Como llevábamos bastantes km encima y empezaba a hacerse tarde, decidimos hacer noche, en una aparcamiento que encontramos junto a la carretera.
Anochecer en el Big Sur
Cascada de Julia Pfeiffer burns
Al levantarnos, notamos algo de pena, y es que iba ser el último día de autocaravana, ya que al día siguiente la entregábamos en Los Ángeles.
Una curiosidad que nos paso este día fue que, ya integrados totalmente en EEUU, fuimos a desayunar a un Mcdonalds, pero cual fue nuestra sorpresa, que el menú de mañana era distinto al de la tarde, es decir, hasta las 12 daban desayunos, así que estuvimos esperando hasta las 12:01, viendo incluso como cambiaban el cartel, para comernos una hamburguesa.
Cada vez que nos acercábamos a Los Ángeles, la serie Los vigilantes de la playa se nos hacía mas presente, y es que muchos de los capítulos que se rodaron, en los cuales había rescates en acantilados, suicidios, etc. se grabaron por donde estábamos pasando. La verdad es que conducir junto a estos impresionantes acantilados, era una pasada.
Típico paisaje de Big Sur
A lo largo del trayecto, nos encontramos una playa repleta de leones marinos, era como un santuario para ellos y como es normal, era un sitio protegido.
Reserva de Leones marinos
Más adelante pasamos por Solvang, era un pueblecito danés en medio de EEUU, la verdad es que lo tenían precio, es más, desde que estuvimos en Solvang, nos prometimos y lo hemos cumplido, que íbamos a ir a Dinamarca, pero bueno, ese es otro viaje que contaremos más adelante.
Solvang
Solvang
Después de estar en Solvang decidimos parar para comernos unas hamburguesas de nuevo, aunque esta vez para hacer merienda cena, estas eran bastante más grandes que las que dan en Mcdonalds, y también era una cadena.
Esta si que es una gran hamburgesa
Una vez que teníamos el estomago lleno, pasamos por Santa Bárbara, allí nos fuimos un ratillo a la playa y pisamos el Océano Pacifico, aunque como anécdota comentar que nos manchamos los pies de chapapote.
Tras Santa Bárbara llegamos a Malibú, en las que pudimos ver las casas que están construidas en la mismísima playa, creo que no tienen ley de costas.
En Malibú nos encontramos con las casetas de los socorristas, que eran iguales que las de la serie Vigilantes de la playa, si que aprovechamos para pasar un rato divertido, haciendo de socorristas y volver un poco a la adolescencia.
Caseta de Vigilantes de le Playa
Como se nos estaba haciendo tarde y empezaba a anochecer, decidimos hacer noche junto al mar en Malibú, ya que aunque estaba cerca no nos parecía demasiado seguro adentrarnos en Los Ángeles en plena noche para dormir.
La experiencia de dormir junto al mar fue increíble, ya que escuchábamos perfectamente el mar, y tuvimos la oportunidad de ver un anochecer como los de las películas, además de todo esto, esta si que era nuestra última noche en Autocaravana, así que tuvimos suerte y nos llevamos un recuerdo imborrable.
Como nos hemos repetido durante todo el viaje, nada más meternos a la cama, tuvimos nuestra anécdota del día, y es que de repente junto a nosotros, se escucho una sirena de policía con sus luces y todo, así que pensamos que nos echaban, y teníamos que empezar a buscar otro sitio, pero por suerte no fue para nosotros y no se quedo más que en un pequeño susto. Así que podemos decir que dormimos junto al mar en Malibú.
Lugar donde dormimos en Malibú